Autor: Dr. Luis Sevinsky, Dermatólogo
La presentación clásica de la rosácea en mujeres es una piel enrojecida con pequeñas protuberancias que pueden parecerse al acné, pero es importante destacar que no se trata de comedones (ni puntos negros ni blancos). Se cree que un parásito común en la piel, llamado Demodex, puede estar implicado en la enfermedad, provocando una inflamación exacerbada en algunos pacientes.
Aunque no conocemos completamente la causa exacta de la rosácea, sí sabemos que desencadena un proceso inflamatorio que resulta en los síntomas característicos: piel enrojecida, sensación de calor persistente y, en algunos casos, pústulas o protuberancias llenas de pus. Entre los factores más comunes que desencadenan los brotes se encuentran:
Es importante que los pacientes comprendan que la rosácea no tiene cura, pero sí se puede controlar con el tratamiento adecuado, permitiendo que disfruten de períodos prolongados sin brotes. En la mayoría de los casos, combinamos tratamientos orales con tópicos. Los antibióticos, aunque no se utilizan por su acción antibacteriana, actúan como antiinflamatorios en dosis bajas y durante largos períodos. Estos tratamientos suelen ser bien tolerados y ayudan a mantener la rosácea bajo control.
El tratamiento tópico incluye productos antiinflamatorios, antiparasitarios e hidratantes diseñados específicamente para pieles sensibles. Un aspecto clave del manejo de la rosácea es la protección solar. Recomiendo el uso de un protector solar con un SPF 50 o más, aplicado todas las mañanas, para minimizar el daño solar, que es uno de los principales desencadenantes.
También es fundamental seguir una rutina de cuidado personal que incluya una dieta equilibrada, evitar comidas picantes, alcohol y situaciones de calor extremo. Las pieles con rosácea tienden a ser muy sensibles, por lo que es importante usar humectantes que no irriten la piel.
En los casos donde la rosácea se presenta principalmente con enrojecimiento y vasos sanguíneos dilatados, recomiendo el uso de luz pulsada. Este tratamiento se realiza en el consultorio y es una excelente opción estética que mejora considerablemente la apariencia de la piel. La luz pulsada es especialmente eficaz en la rosácea eritematotelangiectásica, que es la forma en la que predomina el enrojecimiento.
Es importante mencionar que, aunque los pacientes puedan notar una mejora significativa en el enrojecimiento con la luz pulsada, esto no garantiza que no desarrollen pústulas más adelante. La rosácea es una enfermedad que cursa con brotes, y estos pueden presentarse independientemente de la gravedad o el tipo de rosácea que el paciente haya tenido inicialmente.
La rosácea es una enfermedad que puede ser frustrante, pero con el tratamiento adecuado, los pacientes pueden disfrutar de largos períodos de control. La clave está en identificar los desencadenantes, seguir una rutina de cuidado de la piel adecuada y optar por tratamientos médicos y estéticos que mantengan la inflamación y el enrojecimiento bajo control.
Si crees que puedes estar sufriendo de rosácea o deseas más información sobre los tratamientos disponibles, te invito a que visites nuestra página de tratamientos o agendes una consulta aquí.